ELEGÍA
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se |
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
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COMENTARIO:
La elegía dedicada a Ramón Sijé se integra en el libro poemario de El rayo que no cesa de Miguel Hernández, publicado en enero de 1936. En este poemario, se integran 31 composiciones; entre ellas 27 sonetos (en rima ABBA ABBA CDE CDE), dos poemas («Un carnívoro cuchillo» y un poema central, «Me llamo barro…») y dos elegías (la dedicada a Ramón Sijé y la dedicada a la novia de éste, Josefina Fenoll), de acuerdo a la estructura del libro, << Elegía >> a Ramón Sijé se localiza en la composición número 29, añadido a última hora por ciertas circunstancias (léase el siguiente párrafo).
Ramón Sijé fue un valioso tutor en la formación literaria del joven Miguel Hernández, además de ser uno de los íntimos amigos del poeta. La inesperada muerte de Sijé (en la Nochebuena del año 1935), le produjo un hondo y sincero dolor, y fruto de tal sentimiento surge la «Elegía» que Hernández dedicó a su amigo muerto; elegía que es un tributo conmovedor a la amistad y, al mismo tiempo, uno de los poemas más logrados de la lírica hernandiana.
Se ha de tener en cuenta que la realización de esta composición expresa un gran sentimiento de remordimiento y al mismo tiempo una reconciliación espiritual con su amigo y paisano de Orihuela Ramón Sijé, ya que entre Miguel y su paisano, se produjo un cierto distanciamiento ideológico y estético que conllevó definitivamente a la ruptura de la amistad de ambos. Esta ruptura se produjo cuando Miguel entró en el círculo de la «poesía sin pureza» de Pablo Neruda y se rodeó de nuevas amistades durante su estancia en Madrid que Ramón no aprobaba, y Miguel consideraba que la amistad con Ramón Sijé podía ser un «lastre» en su proyección poética, debido que él significaba todo aquello que estaba relacionado con el catolicismo y el conservadurismo político, es decir, ideales que Miguel Hernández no estaba de acuerdo.
Pero la prematura muerte de Sijé impidió la posible reconciliación de ambos, de aquí surge y siento más tu muerte que mi vida (verso 15 de la Elegía), Miguel expresaba su profundo dolor porque no pudo reparar su deuda en vida con Sijé, por cuanto le debía y por toda la ayuda que recibió en sus primeros tiempos poéticos.
La emoción que embargó al poeta a la profunda y desgarradora muerte del amigo, supo transformarla en un poema de equilibrada belleza; la pena hernandiana (fruto de un amor no consumado) con la muerte (de una vida tampoco consumada) simboliza una tensión forzada definida por el mundo poético hernandiano.
La «Elegía» se compone de 15 tercetos endecasílabos y se remata con un serventesio final, en los que se aprecian diferentes estados de ánimo del poeta que evoluciona hacia una locura o éxtasis místico momentáneo. Se pueden distinguir tres estados de ánimo a lo largo del poema:
a) de aceptación, tercetos del 1 al 7;
b) de rebelión, tercetos del 8 al 12, y
c) de sublimación, tercetos del 13 al 16.
Cabe decir que estos tres estados anímicos reflejan la transformación que se opera en el poema.
En cuanto a la simbología del poema, la palabra rayo tiene un gran carácter simbólico. El Rayo simboliza la muerte criminal y cósmica, que representa la muerte que pende sobre el poeta Ramón Sijé.
OPINIÓN PERSONAL:
La elegía de Miguel Hernández dedicada y dirigida a Ramón Sijé, me ha parecido muy conmovedora, ya que además de ser una de las obras más importantes y significativas de la producción de Miguel Hernández, me ha llamado mucho la atención por ser una elegía que transmite mucho sentimiento de dolor y de angustia pero también muestra un amor fraternal hacia su querido amigo y paisano Ramón Sijé.
Esta elegía que he comentado anteriormente, la escogí para redactarla y analizarla debido al gran sentimiento que Miguel expresa. El autor está apenado por no poder cavar la tumba de su querido amigo, y mediante sus versos, podemos observar un gran vacío en su interior pero también me ha impactado que la amistad entre ambos era tan inmensa que hace que la elegía cobre más fuerza.
Este blog me ha servido para conocer un poco más sobre la vida de Miguel Hernández y sobre su poesía, si conocemos su biografía podremos entender más sobre su poesía.
Sin duda esta elegía, acompañada con la canción de Serrat, es muy fascinante.
Alma Gimeno Sánchez, 2º de Bachiller C del colegio San Roque.
2 comentarios:
Alma, un trabajo muy completo tanto desde el punto de vista de la competencia digital (entrada con vídeo, poema y comentario) como de la competencia literaria. Has llevado a cabo un análisis del poema, contextualizándolo y estudiando su forma. No es exactamente una reseña pues echo de menos tu opinión personal y tu aportación. Gracias.
Gracias por hacerme una crítica tan buena. Tomo nota de realizar la opinión personal, en breve, la realizaré.
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