Yo sé que ver y oír a un triste enfada cuando se viene y va de la alegría como un mar meridiano a una bahía, a una región esquiva y desolada.
5-Lo que he sufrido y nada todo es nada para lo que me queda todavía que sufrir, el rigor de esta agonía de andar de este cuchillo a aquella espada.
Me callaré, me apartaré si puedo 10-con mi constante pena, instante, plena, a donde ni has de oírme ni he de verte.
Me voy, me voy, me voy, pero me quedo, pero me voy, desierto y sin arena: adiós, amor, adiós, hasta la muerte.
LOCALIZACIÓN
Poema de Miguel Hernández. Situado a veces dentro de los autores de la “generación del 27″, por la estrecha relación que mantuvo con autores como García Lorca, Pablo Neruda o Vicente Aleixandre y algún paralelismo de su obra con la de estos, en general se le viene considerando mayoritariamente como integrante de la “generación del 36″, por su fecha de nacimiento y por la gran influencia que tuvo en él, como en los demás autores de dicha generación, la Guerra Civil. Es el soneto número 19 de El rayo que no cesa, el segundo libro de poemas publicado por Miguel Hernández. Exceptuando los primeros, casi la totalidad de poemas que componen este libro son sonetos. Sonetos de tema amoroso, en los cuales el poeta muestra su visión particular del amor :la contradicción existente entre la lucha y deseos por conseguir relizar su amor y las barreras que se lo impiden.
Miguel Hernández, profundamente marcado por las experiencias que le tocaron vivir , tenií una visión pesimista de la vida, del amor, de la felicidad en general. En sus obras se ve esa lucha por conseguir sus deseos y la imposibilidad de obtenerlos. De esa contradicción surge la pena que es como un rayo de dolor que se clava en el corazón y no cesa el dolor. Este es el significado del título que da nombre al libro de poemas al cual pertenece este soneto.
Siguiendo el comentario que has dejado en Vida y Síntesis, efectivamente, el libro El Rayo que no cesa está cargado de sentimientos de dolor y de desgarro y contrasta sus primeras poesías de contextos bucólicos y de sentimientos llenos de esperanza y futuro con éste de temática amorosa donde el sentimiento no tanto pesimista sino de desesperación por la amada que no está con él. Es el deseo y ese amor que le mata por dentro porque está lejos de su amada. ¿No te ha pasado también esto? Que cuando estás enamorada y estás pensando en la persona amada el sentimiento está más cerca de la muerte que de la vida. Y como comentaba Laura que si no amas no tiene ningún sentido la vida. Gracias Paola.
2 comentarios:
Soneto 19, de El rayo que no cesa
Yo sé que ver y oír a un triste enfada
cuando se viene y va de la alegría
como un mar meridiano a una bahía,
a una región esquiva y desolada.
5-Lo que he sufrido y nada todo es nada
para lo que me queda todavía
que sufrir, el rigor de esta agonía
de andar de este cuchillo a aquella espada.
Me callaré, me apartaré si puedo
10-con mi constante pena, instante, plena,
a donde ni has de oírme ni he de verte.
Me voy, me voy, me voy, pero me quedo,
pero me voy, desierto y sin arena:
adiós, amor, adiós, hasta la muerte.
LOCALIZACIÓN
Poema de Miguel Hernández. Situado a veces dentro de los autores de la “generación del 27″, por la estrecha relación que mantuvo con autores como García Lorca, Pablo Neruda o Vicente Aleixandre y algún paralelismo de su obra con la de estos, en general se le viene considerando mayoritariamente como integrante de la “generación del 36″, por su fecha de nacimiento y por la gran influencia que tuvo en él, como en los demás autores de dicha generación, la Guerra Civil.
Es el soneto número 19 de El rayo que no cesa, el segundo libro de poemas publicado por Miguel Hernández. Exceptuando los primeros, casi la totalidad de poemas que componen este libro son sonetos. Sonetos de tema amoroso, en los cuales el poeta muestra su visión particular del amor :la contradicción existente entre la lucha y deseos por conseguir relizar su amor y las barreras que se lo impiden.
Miguel Hernández, profundamente marcado por las experiencias que le tocaron vivir , tenií una visión pesimista de la vida, del amor, de la felicidad en general. En sus obras se ve esa lucha por conseguir sus deseos y la imposibilidad de obtenerlos. De esa contradicción surge la pena que es como un rayo de dolor que se clava en el corazón y no cesa el dolor. Este es el significado del título que da nombre al libro de poemas al cual pertenece este soneto.
Siguiendo el comentario que has dejado en Vida y Síntesis, efectivamente, el libro El Rayo que no cesa está cargado de sentimientos de dolor y de desgarro y contrasta sus primeras poesías de contextos bucólicos y de sentimientos llenos de esperanza y futuro con éste de temática amorosa donde el sentimiento no tanto pesimista sino de desesperación por la amada que no está con él. Es el deseo y ese amor que le mata por dentro porque está lejos de su amada.
¿No te ha pasado también esto? Que cuando estás enamorada y estás pensando en la persona amada el sentimiento está más cerca de la muerte que de la vida. Y como comentaba Laura que si no amas no tiene ningún sentido la vida.
Gracias Paola.
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